El Rincón de Joseca

Otro mundo es posible

Archive for the ‘Crisis’ Category

El amargo brebaje del sistema

Posted by Joseca en 23/02/2013

Nuevamente un debate absurdo entre amigos.

Como explicarles que el problema no es Zapatero o Rajoy, el PP o el PSOE, sino son las políticas que practican y los capataces que les dictan lo que han de aprobar o lo que no deben tocar.

Llevamos treinta años de debates nominalistas en los que se discute en función del dirigente o de las siglas de turno sin asumir que los dos grandes partidos representan la cara y la cruz de una misma moneda.

Nos han educado en un bipartidismo excluyente que nos vende como alternativa lo que no es sino mera alternancia, pues la filosofía que fundamenta las grandes líneas de acción económica y el status quo de las estructuras de poder político es la misma en ambas formaciones.

Y mientras entretienen al pueblo con los dimes y dirites retóricos en este gran teatro, ahogan y silencian los problemas reales de nuestro país: un Estado de Bienestar de mínimos, un poder político supeditado al financiero y que apenas contempla canales de participación ciudadana en la toma de decisiones y una forma de Estado carente de legitimidad.

Hoy miles de personas nos manifestaremos en más de cincuenta ciudades contra los recortes y el golpe de estado financiero. El cambio real y profundo que muchos demandan sólo se logrará empoderando a la ciudadanía y construyendo el nuevo modelo de abajo a arriba y siendo conscientes que hay derechos que no se negocian y obligaciones cívicas que habrían de ser irrenunciables.

Cuando se toma conciencia de esta realidad, adviertes lo intrascendente que es si ha sido Rajoy o Rubalcaba el que ha ganado el Debate del estado de la Nación o incluso lo irrisorio que son los veintidós millones de euros evadidos por Bárcenas al lado de los veintidós mil que han desaparecido de Bankia. Te das cuenta de lo ridículo que es el escándalo que ha generado un diputado valenciano proque haya hecho uso de su cortaúñas y que apenas provoque ira el que sus compañeros de fechorías hayan esquilmado el patrimonio público de esa Comunidad Autónoma invirtiendo en megaproyectos absurdos. Y te tomas como casi insultante el que se aprueben normas para perseguir el fraude del fontanero o del electricista mientras se desmantela la Oficina Antifraude y no se implementan medidas de choque para frenar un fraude fiscal que impide al Estado ingresar más de noventa mil millones de euros cada año.

En fin, creo que en el fondo somos un pueblo tan acostumbrado a no movernos que apenas notamos el roce de las cadenas que anudan nuestros pies. El día que asombrados descubramos que tan enorme es la mentira que nos rodea como el poder que tenemos, las cosas podrán cambiar. Mientras tanto, seguiremos presos de nuestra propia ignorancia, bebiendo a sorbos ese brebaje tan amargo que nos vienen ofreciendo desde hace más de treinta años.

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Grandola, Vila Morena

Posted by Joseca en 16/02/2013

Dicen que el ser humano, con el paso de los años, se muestra más sensible a esos detalles que en otras etapas de la vida pasan desapercibidos. También es verdad que cuando el corazón aún es joven, es mayor la capacidad de rebelarse contra el orden vigente, sea de la naturaleza que sea. Lo cierto es que lo que sucedió ayer en el Parlamento de Portugal debería hacer temblar a cualquiera que conserve la capacidad de soñar, tenga la edad que tenga.

Discurseaba Pedro Passos Coelho, presidente del país, cuando desde la tribuna de invitados decenas compañeros del movimiento Que se Lixe a Troika! Queremos as nossas Vidas comenzaron a entonar «Grandola, Vila Morena». Una canción que hace casi treinta años fue el himno de la Revolución de los Cláveles y que representa lo mejor de lo nuestros hermanos portugueses.

Grândola, villa morena
Tierra de fraternidad
El pueblo es quien más ordena
Dentro de ti, oh ciudad
Dentro de ti, oh ciudad
El pueblo es quien más ordena
Tierra de fraternidad
Grândola, villa morena
En cada esquina, un amigo
En cada rostro, igualdad
Grândola, villa morena
Tierra de fraternidad
Tierra de fraternidad
Grândola villa morena
En cada rostro, igualdad
El pueblo es quien más ordena
A la sombra de una encina
De la que ya no sabía su edad
Juré tener por compañera
Grândola, tu voluntad
Grândola, tu voluntad
Juré tener por compañera
A la sombra de una encina
De la que ya no sabía su edad

 


 

Una última apreciación: si preciosa fue la fórmula escogida para llamar la atención sobre la miseria que están provocando las políticas de la Troika comunitaria, ha de reconocerse que también fue extremadamente cortés la reconvención de la Presidenta de la Mesa y la paciencia del Primer Ministro, todo un ejemplo para los que desde España echaban del Congreso de los Diputados a Ada Colau y demás compañeros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca con un desaforado «expúlsenlos, coño». Un ejemplo en todos los sentidos.

 

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Videos sobre el 25S

Posted by Joseca en 26/09/2012

Os enlazo los mejores videos que he localizado sobre el 25S:

Bomberos apoyan las protestas del 25S

 

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25S: el sistema responde con la violencia

Posted by Joseca en 25/09/2012

A continuación os dejo con un pequeño video casero que contiene imágenes que muestran la violencia con la que se ha empleado el sistema para reprimir las protestas del 25S. Esto sí que es Marca España.

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Gracias, bomberos

Posted by Joseca en 17/09/2012

Un pequeño video casero para homenajear a los bomberos, presentes ayer 15-S, como siempre, en Madrid.

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3 gráficos para despertar y no creerte este teatro

Posted by Joseca en 13/09/2012

MORFEO

Te explicaré por qué estás aquí Estás porque sabes algo. Aunque lo que sabes no lo puedes explicar.Pero lo percibes. Ha sido así durante toda tu vida. Algo no funciona en el mundo. No sabes lo que es, pero ahí está como una astilla clavada en tu mente y te está enloqueciendo. Esa sensación te ha traído hasta mí ¿Sabes de lo que estoy hablando?

NEO
¿De Matrix?

MORFEO
¿Te gustaría saber lo que es? Matrix nos rodea. Está por todas partes incluso ahora, en esta misma habitación. Puedes verla si miras por la ventana o al encender la televisión Puedes sentirla, cuando vas a trabajar cuando vas a la iglesia cuando pagas tus impuestos. Es el mundo que ha sido puesto ante tus ojos para ocultarte la verdad.

NEO
¿Qué verdad?

MORFEO
Que eres un esclavo, Neo, Igual que los demás, naciste en cautiverio naciste en una prisión que no puedes ni oler ni saborear ni tocar. Una prisión para tu mente. Por desgracia no se puede explicar lo que es Matrix. Has de verla con tus propios ojos. Esta es tu última oportunidad. Después, ya no podrás echarte atrás. Si tomas la pastilla azul fin de la historia (La historia acabará). Despertarás en tu cama y creerás lo que quieras creerte. Si tomas la roja, te quedas en el País de las Maravillas y yo te enseñaré hasta dónde llega la madriguera de conejos. Recuerda, lo único que te ofrezco es la verdad, Nada más. Si eliges la azul viviras en la ignorancia. En cambio, si eliges la pastilla roja veras la realidad osea, esto.

¿Quienes están detrás de la bolsa española y por tanto obtienen la mayor parte de los sustanciosos beneficios derivados de la especulación?

¿Quienes controlan la producción de alimentos y por tanto deciden sobre el alza de sus precios?

¿Quienes mandan en los medios de comunicación españoles y por tanto deciden sobre su política informativa?

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«25s: Ocupa el Congreso»: análisis crítico y propuestas de mejora

Posted by Joseca en 25/08/2012

Reconozco que son numerosas las dudas que he tenido. Ha habido momentos en los que he mirado con simpatía la convocatoria y otros en los que la desconfianza ha predominado. Si escribo ahora estas líneas es porque creo que he adoptado ya una postura definitiva sobre el #25s y tengo la necesidad de transmitirla.

Lejos de mi intención, no obstante, pretender descalificar a los que mantengan tesis diferentes, ya que si algún aspecto positivo cabe extraer del evento es el profundo debate que ha originado sobre la ideología y oportunidad política de una acción como la que representa el #25s. Quizás incluso haya abierto vías de protesta política que pueden ser más productivas que las que hasta ahora se han ensayado, siempre que su armazón teórico y su estrategia estén mejor diseñados que el de la acción que motiva esa reflexión.

 

 

¿QUÉ ACCIÓN PRETENDE REALIZAR “OCUPA EL CONGRESO”?

“Ocupa el Congreso” es un evento creado en Facebook que pretende, según se indica en su Manifiesto “rodear el Congreso de los Diputados y permanecer allí de forma indefinida, hasta conseguir la disolución de las cortes y la apertura de un proceso constituyente para la redacción de una nueva constitución”. A tal fin se exige “la dimisión del Gobierno en pleno (…) la disolución de las Cortes y la convocatoria inmediata de elecciones generales (…) para convocar una Asamblea Constituyente (…) a fin de redactar una nueva Constitución”. En una segunda versión del Manifiesto se elimina la referencia a la convocatoria de las elecciones y se añade la necesidad de que se disuelva igualmente “la Jefatura del Estado”.

El grupo de personas del que parte la iniciativa se constituye posteriormente en una Plataforma denominada ¡EN PIE!. En el documento base y hoja de ruta de la Plataforma, publicado el 23/07/2012 se respeta el contenido de la acción descrita en la segunda versión del Manifiesto. El documento base y hoja de ruta de la Plataforma es reeditado el 20/08/2012, suprimiéndose el objetivo de redactar una nueva Constitución y sustituyéndolo por el más genérico de impulsar un “proceso de construcción de un nuevo sistema de organización política, económica y social hacia un modelo verdaderamente justo y solidario en el que el pueblo sea el verdadero protagonista”.

El primer aspecto que ha de tenerse claro es que la acción tal y como está definida es constitutiva de un delito de sedición. Los participantes en la misma pueden ser castigados con una “pena de cuatro a ocho años de prisión, y la de inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de cuatro a ocho años” (art. 545.2 del Código Penal). Evidentemente, no todo acto ilegal es moralmente reprobable pero carece de sentido exponerse a este tipo de consecuencias personales cuando existen otras alternativas. En este sentido sería provechoso que lejos de “rodear el Congreso” -que impediría a los Diputados “el legítimo ejercicio de sus funciones” (art. 544 del Código Penal)- la acción consistiera en concentrarse indefinidamente a sus puertas sin obstaculizar la entrada de los electos en el hemiciclo. Además, esta acción seguiría teniendo una fuerte carga simbólica y de gran impacto mediático y su consecución sería el resultado no de acciones de fuerza física sino de la presión de la ética pública. Por otra parte, la acción, para ser masiva y tener éxito, debe ser forzosamente inclusiva: una alternativa como la que se propone sería capaz de sumar más simpatizantes a la acción.

Por otra parte, no es entendible que la acción consista en rodear una de las sedes de la representación popular -la otra es el Senado- si la finalidad confesada en el primera versión del Manifiesto “Ocupa el Congreso” es la convocatoria de elecciones generales. Tanto la disolución de las Cortes como la fijación de la fecha de las elecciones es competencia del Presidente del Gobierno (art. 115 de la Constitución), por lo que si lo pretendido es forzar ambos escenarios, la concentración habría de tener lugar en el Complejo de La Moncloa.

En todo caso, no deja de causar extrañeza que en el texto actualmente vigente (documento base y hoja de ruta de la Plataforma de 20/08/2012), los convocantes no prevean expresamente ni la celebración de elecciones generales ni la redacción de una nueva Constitución e incluso se suprima la referencia, sí contenida en el texto primigenio de 23/07/2012, a la consecución de una “democracia directa y participativa”. La eliminación de estas menciones no ayuda a comprender a través de que mecanismos pretende forzarse “un cambio hacia una auténtica democracia social”, impulsar un “proceso de construcción de un nuevo sistema de organización política, económica y social” o hacer de la necesaria transición “el llamamiento de unión de todas las luchas por una sociedad más justa y democrática, expresiones ya de por sí suficientemente ambiguas como para incluir diferentes fórmulas, no todas ellas apetecibles desde un punto de vista democrático.

¿QUIÉNES SON LOS RESPONSABLES DE LA SITUACIÓN QUE MOTIVA LA CONVOCATORIA DE LA ACCIÓN “OCUPA EL CONGRESO”?

Según la primera versión del Manifiesto de “Ocupa el Congreso”, sus convocantes son “personas comunes hartas de sufrir las consecuencias de una crisis que no hemos creado”. Afirman que “todos somos víctimas de un ataque sin precedentes (…) cuyos culpables son quienes se han configurado como una oligarquía intocable, con la complicidad de todas las fuerzas políticas representadas en el Parlamento. En la segunda versión del Manifiesto identifican a los culpables de la situación (“los mercados”), denominan “estafa a gran escala” a la crisis y concretan que el ataque proviene del “poder económico”. La evolución entre uno y otro Manifiesto es evidente en esta materia, pues si en el primero no se identificaba el causante de los males que motivan la acción más allá de una alusión genérica a la crisis, en el segundo sí se hace, señalando directamente a los mercados y al poder económico.

No obstante, llama la atención el escaso espacio que dedican los convocantes a los estamentos que constituyen el verdadero origen de la crisis -la oligarquía financiera y la gran patronal- y la reiteración con la que denuncian la actitud de las fuerzas políticas, a las cuales en la segunda versión del Manifiesto ni siquiera conceden la posibilidad de participar en la redacción de una nueva Constitución, extremo que sí aceptaban en el primero. El Manifiesto hace, en su primera versión, una verdadera enmienda a la totalidad del régimen de partidos políticos, a los cuales considera responsables de la situación sin diferenciar entre ellos posturas ideológicas o posicionamientos políticos, ni en el pasado -la Constitución fue “redactada por una camarilla a espaldas del pueblo”- ni en el presente -“vivimos en un gigantesco fraude social con gobiernos que sistemáticamente nos mienten”. A todos ellos les denomina con el epíteto “casta”.

La segunda versión del Manifiesto sigue tratándoles como un todo en el que no caben diferenciaciones o matices de ningún tipo e incluye términos como traición para describir la ejecutoria de las fuerzas políticas, concepto que también se emplea en el vigente documento base y hoja de ruta de la Plataforma ¡En Pie! de 20/08/2012. Por lo demás, su falta de protagonismo durante el proceso constituyente y más allá de él no deja de producir cierto desasosiego cuando no se especifican a través de que otras fórmulas pretende desarrollarse el nuevo modelo político.

No puede soslayarse la objetiva responsabilidad que el Gobierno de la Nación tiene en el empobrecimiento de la sociedad española durante los últimos años, así como la complicidad de muchos partidos políticos de la oposición. Pero calificar a todos por igual y no distinguir las posturas de unas fuerzas respecto a otras o incluso la actitud de los diferentes diputados es tan injusto como peligroso.

Entiendo que este es uno de los aspectos donde mayor depuración teórica ha de hacerse, pues la marea antipolítica y antisindical que acrece cada vez con mayor frecuencia en las playas de la opinión pública y publicada es el germen del fascismo y la antesala de movimientos totalitarios de masas que no deben minusvalorarse. Quizás fuera oportuno denunciar a los concretos partidos políticos que con sus votos han apoyado las reformas impulsadas desde mayo de 2010, aclarando por tanto que el problema no es tanto “el sistema político” como las medidas adoptadas por determinadas fuerzas políticas.

¿CÓMO ES EL PROCESO DE TRANSICIÓN HACIA EL NUEVO MODELO DE ESTADO QUE PROPONE “OCUPA EL CONGRESO”?

El movimiento “Ocupa el Congreso” deja claro desde el principio que la disolución de las Cortes tiene como consecuencia inmediata la apertura de un “Proceso Constituyente”. Así lo declara en las dos versiones del Manifiesto y en la primera edición del documento base y hoja de ruta de la Plataforma ¡En Pie!. En la segunda versión de dicho documento esa expresión es suprimida, lo cual es inquietantemente coherente con la ya citada omisión sobre la intención de redactar una nueva Constitución.

En todo caso, lo trascendente no es la titulación de ese proceso, sino como desea llevarse a cabo.

En la primera versión del Manifiesto apenas existen referencias a que ocurrirá en caso de que las Cortes Generales se disuelvan. Tan solo apunta que las elecciones generales tendrían como finalidad “convocar una Asamblea Constituyente, a fin de redactar una nueva Constitución, con la participación de todas las fuerzas políticas del país”. Ya en la segunda versión, se elimina la mención a la Asamblea constituyente y se prevé que la elaboración de la nueva Constitución tenga lugar no con la participación de las fuerzas políticas sino con la de “toda la ciudadanía”.

En la primera edición del documento base y hoja de ruta de la Plataforma se elige esta última opción. En la segunda ya hemos advertido que desaparecen las menciones a la Asamblea Constituyente y a la nueva Constitución y se opta por expresiones más imprecisas como “apertura de un proceso de transición hacia un nuevo modelo de organización” o “proceso de construcción de un nuevo sistema”, reconociendo que “los detalles de la transición propiamente están siendo debatidos”. No obstante, se asume que “se deberán articular las medidas adecuadas para permitir a la población expresar su opinión (y) participar en el proceso de decisión sobre el nuevo modelo de organización social que desea”.

No es posible por tanto dilucidar como se llevará a cabo un proceso de tamaña envergadura. En un principio los promotores adoptan la propuesta de una Asamblea Constituyente que redacte una nueva Constitución con la participación de todas las fuerzas políticas, lo que parece dotar de cierta continuidad al modelo político y plantear la consecución del nuevo escenario no tanto en clave de ruptura como de reforma. Sin embargo, la posterior desaparición de esa Asamblea y de las fuerzas políticas en la transición al nuevo sistema no se ve acompañada de alternativas específicas más allá de los llamamientos a la ciudadanía como protagonista del cambio.

Esta indefinición es ciertamente preocupante, pues ante movimientos de masas como los que pueden acompañar, en caso de éxito, este tipo de acciones, no puede dejarse al albur de la improvisión o, peor aún, de determinados elementos involucionistas, la fijación de los métodos mediante los cuales se decide quien y de que manera determina los esquemas del nuevo sistema. En este sentido, resulta obligado que antes de la fecha prevista para la concentración frente al Congreso se defina con suma concreción no solo los principios que van a guiar las estructuras que van a canalizar las demandas de la sociedad, sino los propios órganos encargados de ello, tales como asambleas ciudadanas, consejos de trabajadores, cortes constituyentes, organizaciones de reconocido prestigio o grupos de tecnócratas. La elección de las fórmulas y principios que regirán esos futuros órganos y la determinación de estos últimos es esencial para valorar el grado de democracia interna y representatividad del futuro sistema y por tanto para legitimar o no la acción prevista para el #25s.

¿QUÉ MEDIDAS PROPONE ADOPTAR “OCUPA EL CONGRESO”?

El análisis del Manifiesto, tanto en su versión primera como en su segunda, permite concluir que las reformas planteadas por “Ocupa el Congreso” son eso, reformas.

Todas las medidas planteadas por “Ocupa el Congreso” y la Plataforma ¡En Pie! son perfectamente encuadrables en el actual marco constitucional: la auditoría de la deuda pública, la reforma de la ley electoral, la derogación de las reformas adoptadas por el Gobierno, la reforma fiscal, la supresión de los privilegios políticos, la paralización de los desahucios, la creación de nuevos empleos o la nacionalización de sectores estratégicos son opciones que tienen plena cabida en la Constitución de 1978. De hecho, son varios los partidos políticos con y sin representación parlamentaria que vienen defendiendo parte o todas de esas propuestas desde hace años.

El problema para su implementación no es, frente a lo que pueda parecer, la propia Constitución, sino la voluntad política del Gobierno. Es por ello que nuevamente se yerra en la dirección de las balas y si al comienzo de esta reflexión se censuraba la idea de tomar el Congreso frente a la de concentrarse ante la sede del Presidente del Gobierno, en esta ocasión no puede dejarse de señalar que el trabajo debe dirigirse no tanto a abolir el texto constitucional como a presionar al Gobierno y a distintos partidos políticos para que adopten las propuestas que se estimen oportunas.

El desarrollo de este planteamiento y de esa presión no puede hacerse sobre la base de acciones como la del #25s. En todo caso, estas deben ser la consecución de una estrategia política y social a medio / largo plazo que ha de transcurrir necesariamente por la senda de la información y la formación populares. Si el objetivo es que las fuerzas políticas, básicamente las mayoritarias, se vean forzadas a modificar sus posiciones, es necesario convencer previamente a esa gran masa de electores que o bien no ejercen su derecho a voto o lo canalizan acríticamente en esos partidos. Ello no se consigue “ocupando el Congreso” sin más, sino que deben generarse estructuras para informar y formar a esa gran parte de la población: asambleas, talleres, documentos en red, conferencias, trípticos, pequeñas acciones de carácter mediático… Sin duda es una labor más ardua y lenta que la propuesta por los promotores de “Ocupa el Congreso”, pero si de verdad desean cambiarse las relaciones de poder es requisito sine qua non hacerlo primero con las mentalidades que las soportan.

¿QUÉ TIPO DE ESTADO DESEAN IMPLANTAR LOS PROMOTORES DE “OCUPA EL CONGRESO?

En el Manifiesto, tanto en su primera versión como en la segunda, se señala que la acción tiene por objeto “conseguir (…) un Estado democrático”, condición que le niegan al actual, delegando en “el pueblo” la determinación del “modelo de Estado [de la organización social en la segunda versión] en el que quiere vivir”. No hay más desarrollo al respecto.

En el documento base y hoja de ruta de la Plataforma de 23/07/2012 se indica que la acción tiene por objetivo “una Sociedad más justa y democrática”. Se insiste en que será el pueblo el que “determine el modelo de estado en el que quiere vivir”, pero sin calificarlo expresamente como democrático. En el documento revisado se opta por exigir “cambio hacia una auténtica democracia social”, afirman creer en una “organización política no monárquica” y manifiestan que el “nuevo modelo de organización política, social y económica” deberá suponer una “sociedad más justa y democrática”. En el desarrollo de la propuesta se aclara que el nuevo sistema debe concluir en “un modelo verdaderamente justo y solidario en el que el pueblo sea el verdadero protagonista”, en el que no podrán tener cabida sistemas que no lleven implícitos “principios básicos definitorios de una verdadera democracia, como las monarquías y otros modelos totalitarios”.

El hilo conductor de los documentos es sin duda la atribución al pueblo de la decisión sobre el nuevo modelo de Estado. Aunque solo en el Manifiesto se le califica al nuevo Estado como democrático, no puede obviarse que en el documento base y hoja de ruta se enumeran principios de los que podría extraerse dicho carácter. No obstante, sería conveniente recuperar expresamente dicha calificación, pues ni es lo mismo un Estado democrático que una “sociedad democrática” o una “democracia social” ni las exclusiones a los “modelos totalitarios” son suficientemente sólidos, pues caben alternativas de naturaleza “autoritaria” y los diferentes sectores pueden llegar a conclusiones distintas sobre lo que es un modelo de tal corte. Numerosos son los casos en la Historia de regímenes no democráticos que se atribuían asimismo dicha naturaleza acompañando al término democracia de epítetos para reforzar o marcar ese carácter del que obviamente carecían.

Por otra parte, llama poderosamente la atención que solo en el documento del 20/08/2012 se descarte expresamente la Monarquía como forma de Estado y se haga de una forma un tanto alambicada, como permite concluir la expresión “organización política no monárquica” o “forma de organización política fundamentada en la república”. Pareciera que hay cierto rubor en calificar el nuevo régimen simple y llanamente como republicano. Un indicio de la oscuridad en la que se mueve el movimiento en este campo es que en el propio documento de 20/08/2012 la única nota a pie de página que existe es precisamente para explicar que se entiende por República, una aclaración que debería ser superflua y por su propio contenido lejos de tranquilizar provoca más desazón.

La introducción del rechazo a la monarquía da la impresión de estar forzado por las críticas recibidas ante su omisión en documentos precedentes, incluyéndose de una manera un tanto confusa y abierta. Sería menester por tanto calificar estrictamente la nueva forma de organización del Estado como “República”, sin circunloquios ni pseudo aclaraciones como las analizadas.

CONCLUSIONES

La acción “25s: Ocupa el Congreso” carece de un contenido suficientemente sólido para apoyarla.

Son numerosos los conceptos difusos, planteamientos equívocos y omisiones llamativas que sellan una iniciativa que por su trascendencia y altos objetivos que persigue requiere de una mayor definición y desarrollo. Existen datos que permiten concluir que la acción se ha publicitado sin estar suficientemente trabajada. Prueba de ello es la elaboración de hasta cuatro documentos por los promotores y el reconocimiento expreso en el último de ellos de que “los detalles de la transición propiamente dicha están siendo debatidos”. De no aceptarse que ello obedece a la improvisación la conclusión no puede ser otra de que la generalidad con la que está planteada obedece a motivos aún no suficientemente explicados.

En este sentido, sí es cierto que se observa una evolución en el contenido de la propuesta, sobretodo en la última versión del documento y hoja de ruta de la Plataforma, incluyendo principios y exigencias que pueden aceptarse sin condicionamientos de ningún tipo. Pero precisamente porque los antecedentes descritos no permiten concluir a que se debió su exclusión en documentos precedentes debe serse sumamente cauteloso en la defensa de una acción de este tipo.

En conclusión, la acción prevista para el 25s debería ser suspendida hasta que se perfilasen o reformasen muchos de los extremos de la misma: un trabajo previo que requiere de tiempo y sobretodo de transparencia, que también ha brillado por su ausencia y que ha motivado no pocas desconfianzas sobre la finalidad buscada por sus promotores.

Por otra parte, una acción de este tipo, si no está correctamente cimentada, corre el riesgo de ser aprovechada por el sistema para reforzar la represión a la disidencia y aumentar el temor de una gran parte de la población ante escenarios fácilmente manipulables. Es necesario por tanto continuar debatiendo sobre las estrategias a seguir para que una acción de este tipo esté bien fundamentada desde el punto de vista teórico y correctamente articulada en su praxis.

No me gustaría concluir este análisis sin hacer un llamamiento a la unión de todos cuantos aspiramos a la superación del actual sistema. Sea cual sea nuestra posición ante el 25s, el adversario está en el otro lado de la trinchera. Mal haríamos unos y otros en hacer de este acontecimiento un motivo para el distanciamiento y el ataque personal. Todos, unos y otros, trabajamos por lo mismo, por lo que han de evitarse en la medida de lo posible presunciones y descalificaciones. Guardo un gran respeto por los que desde posiciones de izquierda están trabajando en el perfeccionamiento de la acción y apoyan la misma, pues su objetivo no es otro que transformar un modelo de Estado que ninguno compartimos. Esta es mi pequeña contribución a esa labor. También respeto y en este caso comparto las posturas de aquellos compañeros que desde ese mismo posicionamiento ideológico censuran la acción, pues teniendo los mismos objetivos entienden que los métodos deben ser otros o al menos estar más depurados.

Sea como sea, desde estas líneas animo a unos y otros a seguir debatiendo sobre las acciones que pueden impulsarse para poner de manifiesto las contradicciones del sistema y para establecer las fórmulas y modelos organizativos que permitan superar el mismo.

¡Salud, compañeros! Y no olvidéis que somos más y mejores. ¡A por ellos!

 

Post scriptum: a continuación os subo para su descarga un documento en el que tenéis las dos versiones del Manifiesto de Ocupa el Congreso y las dos ediciones del documento y hoja de ruta de la Plataforma ¡En Pie!, a fin de que quien lo desea pueda estudiarlos y llegar a sus propias conclusiones.

Documentos Ocupa el Congreso

 

Os reproduzco igualmente a continuación los diferentes enlaces al movimiento para que podáis acudir a las fuentes y hacer vuestro propio análisis:

Ocupa el Congreso:

Facebook: http://www.facebook.com/OcupaElCongreso

Grupo debate: https://www.facebook.com/groups/318713574883730/

Evento: http://www.facebook.com/events/355184007883632/

Twitter: https://twitter.com/ocupaelcongreso

Blog: http://plataformaenpie.wordpress.com/

Contacto: info.ocupaelcongreso@gmail.com

Video: http://www.youtube.com/watch?v=iBIBNQ37gCA

Avaaz: http://www.avaaz.org/es/petition/El_25_de_Septiembre_rodeamos_el_congreso/?cKmOpdb

Plataforma ¡En Pie!:

Blog: http://plataformaenpie.wordpress.com

Evento en Facebook: https://www.facebook.com/events/355184007883632/

FanPage: https://www.facebook.com/OcupaElCongreso

Grupo de debate: https://www.facebook.com/groups/318713574883730/

Twitter: https://twitter.com/ocupaelcongreso

Vídeo: http://www.youtube.com/watch?v=iBIBNQ37gCA

 

ACTUALIZACIÓN (26/08/2012): Ayer tuvo un reunión, que tiene su continuación esta misma mañana, entre los promotores del #25s y diversos colectivos interesados en la misma. Las informaciones que llegan sobre la misma son alentadores. Según explica @juanlusanchez en este artículo se ha creado una Coordinadora en la que los promotores no son sino uno más de los que trabajan por depurar la estrategia de la acción, la cual se abrirá al resto de colectivos interesados, dotándola de un carácter abierto y horizontal que se ha echado mucho menos.

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Motivos para la revolución: España, donde el que más tiene menos paga

Posted by Joseca en 22/08/2012

Tenemos una Constitución que es la ostia. Al tiempo que proclama que “los españoles son iguales ante la Ley” (art. 14), certifica que “la persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad” (art. 56.3), sacralizando aquel mandamiento novelesco de que todos somos iguales pero unos más que otros. Asume que “la soberanía nacional reside en el pueblo español” (art. 1.2) pero atribuye a “las Fuerzas Armadas” la misión de defender la “integridad territorial” de España (art. 8.1), obviando la posibilidad de que el propio pueblo opte por asumir la secesión de algún territorio. Afirma que “queda abolida la pena de muerte” pero habilita a “las Leyes penales militares” para que la impongan en “tiempos de guerra” (art. 15), cuando menos garantías concurren en su aplicación.

Sin embargo, si graves son las contradicciones internas de nuestro texto constitucional, más aún son los incumplimientos que por vía de hecho se están acometiendo sobre los principios y derechos que la informan y reconoce. Podríamos citar hechos como el de los ministros que juran con la mano tendida sobre la Biblia y la mirada absorta en el crucifijo en un Estado que formalmente se declara aconfesional (art. 16.3). O el proyecto de reforma del Código Penal para castigar con penas de hasta 4 años la resistencia pacífica en concentraciones y manifestaciones mientras siguen vigentes los derechos a la libertad de expresión y de reunión (arts. 20.1 y 21.1). Y que decir de las políticas de ajuste presupuestario que vulneran derechos como los de “la protección de la salud” o el “disfrutar de una vivienda digna y adecuada” o que menoscaban la obligación de los poderes públicos de garantizar, “mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad” (arts. 43.1, 47 y 50).

El actual Estado español es fruto de un pacto no escrito mediante el cual los que cedían formalmente el poder acusaban recibo de determinadas libertades y derechos fundamentales y los que celebraban la restauración de la democracia asumían la legitimidad de determinados símbolos e instituciones como la bandera, la monarquía o el mantenimiento del status quo de la Iglesia Católica.

La Constitución no es sino el amargo reflejo de esa realidad y muchos de sus aplicadores anhelan aquellos tiempos en los que las diferencias entre clases sociales, los privilegios económicos o la exclusividad en la participación política se concebían como auténticos cimientos de la verdadera España.

Uno de los ámbitos en los que más nítidamente quedan patentizados estos antecedentes es el tributario. Pese al tenor del art. 31.1 de la Constitución, que inocentemente señala que “todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio”, los diferentes Gobiernos no han acometido reformas ni aprobado planes que permitan dar cumplimiento al mandato constitucional y eliminar las diferencias de trato que materialmente se dan entre las clases populares y los magnos patrimonios y élites financieras del país.

Las políticas fiscales regresivas, la reducción de la carga impositiva para las grandes rentas y la complaciente asunción del fraude fiscal han ocasionado una merma de ingresos en el Estado que dificulta en gran manera la prestación de los servicios públicos esenciales y que empobrece a las clases bajas y medias de la sociedad, principales destinatarias de aquellos y que asumen la mayor parte de los recortes y el ansia recaudadora del Estado. Este es el verdadero nudo gordiano del desequilibrio de la balanza presupuestaria.

El problema no está en el gasto social -por lo demás inferior a la media de la UE-15-, sino en los escasos recursos que el Estado detrae de las clases altas y las facilidades que tienen estas para no contribuir “como dios manda”, que diría Mariano.

Sinceramente, estoy hasta las mismísimas narices de escuchar que todos nos apretamos el cinturón por igual. No es verdad. Repito: NO ES VERDAD. El sistema tributario español es una tremenda estafa, posiblemente la mayor de cuantas se dan cita entre nosotros. Si imprescindible es la reforma de la legislación electoral, más aún lo es la de los procesos de captación y reasignación de recursos por el Estado.

¿Cómo es posible que en el IRPF las rentas del capital tributen alrededor de un 25% y las del trabajo puedan llegar a un 45%?

¿Quién entiende que los empresarios declaren 8.275 euros de ganancias anuales frente a los 19.359 euros que dicen ingresar los trabajadores?

¿Cómo puede permitirse que una gran empresa pueda tributar, gracias a las bonificaciones fiscales, a un tipo efectivo de hasta el 17% en el Impuesto de Sociedades mientras que una Pyme lo hace a un tipo efectivo del 25%?

¿Es ético permitir la existencia de más de 3.000 SICAV, las cuales gestionan un patrimonio de 26.154 millones de euros y que tributan a un ridículo 1%?

¿Cómo no se pone coto a la evasión fiscal que suponen muchas de las Fundaciones españolas que se constituyen en paraísos fiscales y que no han de declarar la actividad que tienen, ocultando la identidad de quien está detrás del dinero?

¿Por qué no se aprueba un Plan contra el Fraude Fiscal que permita a los técnicos e inspectores de Hacienda investigar un fenómeno que supone para las arcas del Estado cerca de 90.000 millones de euros al año, de cuyo importe el 80% es imputable a las grandes empresas que facturan más de 150 millones de euros al año?

¿Cuál es la razón por la que España no ha impulsado, como propone GHESTA, la adopción de un acuerdo por la OCDE para la obtención automática de información de carácter mercantil o tributario de personas o empresas que operen o sean titulares de bienes o derechos en paraísos fiscales, así como para la supresión de prácticas abusivas para reducir la factura fiscal internacional de las grandes corporaciones trasnacionales (precios de transferencia, holding, ETVE, etc.)? ¿Ha de recordársele que se estima que en los paraísos fiscales está depositado el 25% de la riqueza global? ¿O que de las grandes empresas del Ibex 35, se estima que el 82% mantiene sedes y operaciones ligadas directamente con los paraísos fiscales?

¿A qué obecede la práctica desaparición de Impuestos como el de Sucesiones y Donaciones o el de Patrimonio? ¿Por qué no se establece un Impuesto sobre las Grandes Fortunas?

¿Cómo puede aplaudirse una medida tan carente de ética como la amnistía fiscal concedida a los grandes evasores mientras se aprueban leyes para perseguir el fraude cometido por desempleados y autónomos?

Son muchos los interrogantes sin respuesta o con una respuesta que obligaría a instalar guillotinas en la Puerta del Sol. Existen muchas propuestas de reforma del sistema impositivo en España que permitirían no tener que aprobar los terribles ajustes que estamos sufriendo. HAY ALTERNATIVAS. Que no os engañen, hay alternativas y pueden ser puestas en marcha en menos de un año. El problema es que el poder político es preso de la oligarquía financiera. Se limitan a administrar sus intereses y no moverán un dedo que pueda hurgar en su tremendo patrimonio. Que quede claro: NO NOS APRIETAN A TODOS EL CINTURÓN NI TODOS CONTRIBUIMOS POR IGUAL AL SOSTENIMIENTO DE LAS CUENTAS PÚBLICAS. Ni antes ni ahora. De nosotros depende que en un futuro siga siendo así.

El #15S tenemos la primera oportunidad de mostrar nuestra fuerza. Pero no olvidéis que para que las acciones tengan éxito, es necesario previamente hacer una buena labor de información y formación y eso requiere tiempo. Los datos los tenéis a vuestro alcance a través de diversos medios. Estudiarlos y reflexionar sobre ellos. Y luego comentadlos en vuestras casas, debatidlos con vuestros amigos e intercambiad opiniones con vuestros compañeros.

El mayor poder que tiene el sistema es el férreo control de la información. Romped ese muro, pues una vez destrozado habrá miles de personas que se unan a nosotros y exijan un cambio real en España.

Somos más y somos mejores. Lo sabemos. Ellos lo saben. Saben que lo sabemos. Es cuestión de tiempo.

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La España de Mariano

Posted by Joseca en 08/08/2012

1) Inmigrantes que o bien pagan 710 euros (1864,80 en caso de mayores de 65 años) o se quedan sin cobertura sanitaria…

2) Desempleados sin subsidio a los que no se prorroga la ayuda de 400 €…

3) Escolares a los que se reducen las becas de comedor y que han de pagar 3 euros al día por llevar tuppers al colegio…

4) 300 familias desahuciadas al día mientras se piden 100.000 millones de euros para recapitalizar las cajas y bancos que subastan sus casas…

5) Ancianos a los que se les congelan las pensiones mientras les suben los impuestos y se introduce el copago sanitario…

6) Elevación ratio de alumnos /aula, bajada del número de profesores por primera vez en 20 años, subida de las tasas universitarias y bajada del I+D…

7) Trabajadores a los que se congela el SMI, funcionarios a los que se reduce su sueldo y autónomos sin acceso al crédito…

8) Grandes defraudadores que son amnistiados mientras se aprueban leyes para perseguir el fraude en el desempleo…

9) Proyectos de reforma del Código Penal para castigar con 4 años de cárcel la resistencia pasiva en la calle, purga ideológica en RTVE y control de los medios de comunicación e intento de censura a organizaciones como Facua…

10) Y un Presidente de Gobierno que disfruta comiendo percebes mientras todo esto ocurre.

 

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Reflexiones sobre el Frente Cívico propuesto por Julio Anguita

Posted by Joseca en 04/07/2012

Una crisis global y sistémica

Desde hace un lustro, las sociedades occidentales asisten perplejas a un escenario que amenaza con hacer tambalear los elementos arquitecturales básicos del orden político, económico y social de los últimos sesenta años. Sin embargo, las causas del desmoronamiento del sistema se localizan en las décadas de los 80 y los 90, cuando se codifican los fundamentos teóricos del neoliberalismo a través de la Escuela de Chicago y el denominado Consenso de Washington y se aplican por gobernantes como Ronald Reagan o Margaret Thatcher.

La desregulación de los mercados financieros, la globalización del comercio de bienes y servicios, el uso de políticas fiscales restrictivas y la reducción del papel del Estado como agente económico son medidas que fueron implementándose con la presión de instituciones multilaterales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial o la Organización Mundial del Comercio. Las políticas económicas descritas provocaron la progresiva sustitución de la economía productiva por transacciones de naturaleza especulativa, el fortalecimiento del dominio de las empresas multinacionales, una disminución de los ingresos estatales y la precarización de las condiciones laborales de millones de trabajadores.

Las consecuencias no se hicieron esperar y se sucedieron sin solución de continuidad crisis en Grecia y Turquía (1992), en México (1994), en los denominados “Tigres Asiáticos” y otras economías de la zona (1997-1998), en Rusia y Brasil (1998-1999) o en Argentina (2001-2002). En los países más empobrecidos el hambre, casi crónico, crecía y se cernía -y se cierne- sobre cerca de mil millones de personas. Y mientras tanto Europa, aparentemente ajena a esta situación, consolidaba un proceso de unión monetaria que posteriormente se ha demostrado incapaz para hacer frente a la crisis financiera originada en el año 2007 debido a la ausencia de cohesión política y social.

En España, la introducción del dogma neoliberal supuso la aprobación de modelos fiscales regresivos, la privatización de empresas públicas en sectores económicos claves, la destrucción del tejido industrial y la flexibilización del mercado laboral, disminuyendo paulatinamente la capacidad del Estado para hacer frente a los deberes que le son propios y la de los ciudadanos para mantener un nivel de vida acorde con sus necesidades y aspiraciones. La explosión de la burbuja inmobiliaria a partir del año 2008, en la que centraba de forma casi exclusiva el crecimiento económico, ha provocado un aumento del desempleo y una contracción del consumo interno que, ante la práctica ausencia de crédito bancario, ha llevado a la quiebra a numerosas PYMES.

Sin embargo, el análisis de la situación no debiera circunscribirse al ámbito económico. El sistema hace aguas a nivel medioambiental, agroalimentario, energético e incluso se suceden críticas a los mecanismos propios de democracia representativa. La crisis, por tanto, lejos de ser una más de las cíclicas que tuvieron lugar en el s. XIX y primera mitad del s. XX, no es sino la penúltima fase de un proceso de agotamiento global cuyas soluciones no pueden ser ni coyunturales ni parciales.

 

Presupuestos para impulsar el cambio de modelo

Decía Bertolt Brecht que “la crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y cuando lo nuevo no acaba de nacer”. Cuando se escriben estas líneas aún no se adivinan los contornos de lo que ha de venir, aunque sí se intuye que el viejo sistema está a punto de desfallecer. En contextos como este las sociedades optan por tres caminos: el del miedo a la libertad, que escribiría Erich Fromm, caracterizado por el inmovilismo; el del nacionalismo extremo, que les invita a refugiarse en fórmulas xenófobas, inclinando las apetencias más hacia la búsqueda del presunto culpable que hacia la verdadera superación de la situación conflictiva; y el de la transformación social y la búsqueda de alternativas, propio de las izquierdas y cuyo posicionamiento puede balancearse entre la mera reforma y la auténtica ruptura.

La dicotomía reforma / ruptura no puede plantearse, como hasta ahora, como un dilema entre medidas posibilistas y posicionamientos revolucionarios, sino como un proceso gradual para la superación del actual modelo de convivencia política, social y económica. Ni los defensores de la primera vía asumen acríticamente el sistema ni los que optan por la segunda son  peligrosos adalides de la destrucción total. En ambos confluye el anhelo por construir un nuevo paradigma y la diferencia solo ha de buscarse en los tiempos y en la estrategia de cambio. Muy necesario resulta en estos tiempos que adviertan lo que les une y relativicen lo que les separa. Como exponía Antoni Doménech en 2005 , “los dos tipos de izquierda, si son honrados, están obligados a reconocer sus respectivas debilidades, y a colaborar del modo más leal posible: los radicales deben seguir el viejo conejo de la gran Rosa Luxemburgo, no contraponer estérilmente “Reforma” y “Revolución”, sino tratar de sumar la segunda a la primera, apoyar y servirse de los avances moderados, para hacer avanzar con firmeza y con inteligencia causas moral y políticamente más radicales. Por su parte, los moderados tienen la obligación moral de luchar contra la criminalización indiscriminada de los radicales que intenta la derecha”. Lo trascendente, lo verdaderamente trascendente, es ofrecer desde las izquierdas una respuesta coherente y creíble a las legítimas demandas de una gran parte de la sociedad, pues la historia demuestra que cuando la izquierda no se moviliza y no plantea alternativas concretas para superar contextos de sufrimiento, una gran parte de la población, muchas veces la más desfavorecida, cae en las redes del fascismo, redes en las cuales también terminan cobijándose aquellos que optaron por seguir confiando en el sistema. El avance de la ultraderecha en Europa demuestra lo acertado de este aserto. Desde este punto de vista, urge que las fuerzas sociales que abogan por el cambio se movilicen de forma organizada y sin fisuras, presentando un modelo verdaderamente alternativo en el medio / largo plazo con propuestas y acciones viables a corto. Actuar bajo otro formato y potenciando frentismos ya históricos solo puede concluir en la progresiva disolución del movimiento y consecuentemente en la derrota segura del mensaje de cambio. Anarquistas, feministas, socialdemócratas, altermundistas, comunistas, pacifistas, animalistas, ecologistas… todos debemos obviar nuestras legítimas diferencias y centrar el esfuerzo en censurar a los verdaderos responsables y superar el actual marco de referencia.

Una segunda idea-fuerza ha de tenerse presente: el cambio es posible. Uno de los éxitos del sistema es precisamente la conformación de una mayoría que no cree en su superación. Se matan los sueños y se crean esclavos mentales. Se venden como utópicos otros modelos y se aísla intelectualmente al que plantea una verdadera alternativa. Frente a ello, es menester reclamar el clásico ideal altermundista de que “otro mundo es posible”. Y para ello no es suficiente repetirlo como un mantra, requiere que las propuestas de transformación no se caractericen por la ambigüedad y se acompañen de estudios que demuestren su viabilidad. Definirse en lo concreto y en lo posible constituye la fórmula óptima para hacer posible la Utopía. No hacerlo es situarse, empleando una diferenciación lúcidamente realizada por Julio Anguita hace ya muchos años, en el terreno de lo quimérico.

Un último presupuesto que ha de asumirse para que la transformación realmente tenga lugar es que su propuesta e impulso ha de acometerse desde la sociedad civil y culminarse en el ámbito político. Desde finales del s. XX, el ciudadano ha delegado sus deseos de cambio en el poder político, haciendo una dejación de funciones irresponsable que ha terminado por inclinarlo hacia la indiferencia cuando no a la misma complacencia. Tampoco pueden asumirse planteamientos que abogan por la tesis justamente contraria, la de la mera protesta social que no se articula para influir en la esfera de quienes tienen la llave que abre la cerradura del sistema. Es evidente que ni puede residenciarse en el mundo político la decisión de impulsar tal o cual reforma ni debe practicarse una suerte de activismo buenista que desconozca su inepcia en caso de no interrelacionarse con aquel. En consecuencia, la materialización del cambio, la búsqueda de la alternativa, la superación del sistema vigente sólo puede tener lugar mediante su discusión, determinación y envite social y su traslación al ámbito político, bien directamente bien a través de canales de concienciación o presión. El como se estructure el movimiento social de protesta y propuesta y el como se articulen las acciones para que desde el poder político será otro de los elementos básicos para lograr el éxito o asumir el fracaso.

 

Una propuesta de cambio: el Frente Cívico de Julio Anguita

El pasado 15 de junio de 2012 Julio Anguita se comprometía en Sabadell a ser “el referente de una operación política que intente cambiar el país”. El 22 de junio desarrollaba en el blog del Colectivo Prometeo su propuesta de creación de un Frente Cívico como fórmula para colocar en la balanza del poder una fuerza “en contraposición a otros poderes económicos y sociales que, siendo muy minoritarios, detentan en exclusiva el ejercicio del Poder”. Posteriormente, el 3 de julio de 2012, se publicaba en el mismo espacio web una segunda reflexión sobre la estructura y organización del Frente titulado “Empezamos a caminar (SOMOS MAYORÍA)”.

El planteamiento de Julio Anguita parte de una realidad aparentemente irrebatible y que da título al escrito en el que concreta su compromiso: somos mayoría. Esta autoafirmación, que se recoge también en otros movimientos como el que acogió el lema “somos el 99%”, requiere no obstante de una matización.

Es cierto que hay una mayoría social que sufre con especial crudeza los efectos de la crisis, que padece en gran medida los ajustes presupuestarios y que asiste inerme a la restricción de sus derechos. Pero que exista esa mayoría no significa que se vea como tal y por supuesto que actúe con la fuerza que ostenta. Y ello porque para que se ofrezca tal realidad la mayoría debe tomar conciencia de que efectivamente lo es.

Hay quienes sufriendo las situaciones las asumen como necesarias, hay quienes ni siquiera son conscientes de que su realidad es mejorable y hay incluso un alto porcentaje que, estando en desacuerdo con ella, no encuentran mecanismos u oportunidades efectivas para canalizar su disconformidad.

La formación de esa mayoría requiere por tanto y en primer lugar de INFORMACIÓN. El control de los medios de comunicación y el dominio que sobre la información detentan los poderes económicos y las élites sociales impide en muchas ocasiones que las clases populares accedan a datos y hechos que podrían cimentar una posición más crítica y fundamentada a la estructura del sistema. En segundo término, es necesaria la FORMACIÓN, esto es, la reflexión individual y colectiva sobre esos datos y hechos. Su análisis, la elaboración de juicios de valor y la confección de conclusiones, acompañadas de un estudio sobre su viabilidad política, social o económica son armas ineludibles para combatir intelectualmente contra quienes sostienen el actual status quo y para persuadir a quien aún está en la primera de las fases, la de la información. Una vez generados los escenarios precisos para superar ambas exigencias, puede articularse esa gran mayoría ya dispuesta para acometer la tercera y última fase precisa para el cambio: la ACCIÓN. Acción que debe acometerse, como ha dejado escrito el propio Julio Anguita, desde la concreción y sin veleidades partidistas, tratando de sumar y no de excluir. Item más, la acción debe centrarse en actuaciones fuertemente impulsadas pero diferidas en el tiempo. El exceso de manifestaciones, recogidas de firma o huelgas de consumo, por poner algunos ejemplos, se ha demostrado ineficaz y termina diluyendo los marcos de protesta por el cansancio natural de quienes deben participar en ellas, ello sin perjuicio de que suele redundar en una menor preparación de las propuestas y es un impacto progresivamente menor tanto en la opinión pública como en la publicada.

Información, formación y acción se configuran de este modo como tres procesos graduales y concatenados que deben tener fiel reflejo en la estructura y organización del Frente Cívico, tal y como se expondrá a continuación.

 

La estructura del Frente Cívico

Aunque en los escritos de Julio Anguita ya se desliza una organización del trabajo con la que se está plenamente de acuerdo, sirva este pequeño excursus para exponer algunas ideas que creo pueden ser aprovechables, siempre desde el máximo respeto a los impulsores de la iniciativa y asumiendo que la evolución del propio Frente Cívico, esperemos que favorable, puede y debe ir modificando los esquemas que ahora se presentan.

La estructura de trabajo en el Frente Cívico debería ser coherente, como acertadamente indica el propio Julio Anguita, con la organización territorial del Estado: grupos locales, nodos autonómicos y una gran plataforma estatal podrían organizarse de tal modo que sus estudios, planteamientos y acciones se correspondiesen con la distribución de competencias que sobre las distintas administraciones efectúan la Constitución española, los Estatutos de Autonomía y la Ley 7/1985, de 2 de abril, reguladora de la bases del régimen local. Así, y a título meramente ejemplificativo, los grupos locales podrían tener como finalidad la impartición de cursos y talleres por especialistas sobre temáticas municipales y la formulación de propuestas de actuación ante los distintos Ayuntamientos a través de los mecanismos de participación que permite o establece la Ley. Incluso podrían constituirse en agrupaciones de electores que procurasen imbricarse en el gobierno y administración del municipio. Los nodos autonómicos, además de una lógica coordinación de los grupos locales, dedicarían su trabajo a plantear las reformas que de las normas autonómicas cupiese realizar en función de las competencias asumidas por la Comunidad Autónoma respectiva. Finalmente, la Plataforma Estatal podría encargarse  de la redacción de un Manifiesto común, para el que podría servir de base el escrito – reflexión de Julio Anguita. Además, en su seno se discutirían las grandes reformas de las leyes y reglamentos estatales y se trabajarían las acciones que para su consecución fueran necesarias. Todo esto escrito con la debida precaución y como una mera tormenta de ideas que haría falta pulir y desarrollar.

Un aspecto sobre el que es necesario reflexionar igualmente es la proliferación de grupos que se han generado desde que Julio Anguita propuso la creación del Frente Cívico, aunque sea de momento limitando su existencia a su aparición en redes sociales como Facebook o Twitter. La creación de los grupos pertenecientes al Frente Cívico debería formalizarse y coordinarse de alguna forma, pues de lo contrario se incurre en el riesgo de confundir a los ciudadanos que deseen participar del mismo y en definitiva de disgregar el movimiento. Por idéntico motivo sería oportuno que dichos grupos se dotasen de un reglamento común que definiese normas básicas sobre su funcionamiento y el sistema de debate y votación de las propuestas.

Por otra parte, los grupos de trabajo locales, autonómicos o incluso el estatal debería tener una existencia no solo virtual sino también presencial para evitar que el activismo quedase restringido, como últimamente ocurre, al ámbito de Internet. La red de redes es un instrumento óptimo para convocar a los interesados a la participación y difundir las propuestas que en su caso se aprueben, pero el Frente Cívico debe tener una imprescindible presencia en la realidad física de sus destinatarios.

Naturalmente, en el funcionamiento interno de los grupos que conformasen el Frente Cívico debería evitarse en la medida de lo posible su burocratización y que termine empleándose más tiempo en la propia organización que en lo que realmente la convoca. Tarea por tanto primordial será equilibrar la necesaria coherencia de actuación de los distintos grupos que conformen el Frente Cívico con la flexibilidad y libertad de acción en su actuación.

Una última reflexión cabe realizar sobre este particular: como se expuso en el inicio de este escrito, la crisis no es solo económica, sino que afecta a áreas tan sensibles como la política, el medio ambiente, los derechos sociales, la seguridad alimentaria, las energías renovables etc. En coherencia con ello, las propuestas no deben ceñirse al ámbito financiero o al económico, con ser el que actualmente suscita más interés, sino que deben abarcar otros campos. Desde este punto de vista, sería útil que en cada grupo se creasen las correspondientes áreas temáticas en las que tratar los aspectos relacionados con ellas. De este modo, las propuestas, además de concretas, tendrían un alcance global, lo cual sería plenamente coherente con la necesidad de superar el sistema y no remendarlo parcialmente.

 

Los medios y las acciones del Frente Cívico

El Frente Cívico debe hacer uso de las herramientas precisas para optimizar la información, la formación y la acción de la ciudadanía.

Desde este punto de vista, es imprescindible la existencia de una página web que haga las veces de punto de encuentro del Frente Cívico y en la que se publiciten el Manifiesto común, el censo de los distintos grupos de trabajo, documentos informativos, las propuestas que se vayan aprobando, las acciones que se llevarán a cabo, enlaces a los blogs o espacios webs de los distintos grupos, calendario de cursos, talleres o conferencias…

Por otra parte, sería oportuno que en la medida de lo posible el Frente Cívico contase con la colaboración de organizaciones hermanas (verbigracia, ATTAC), de intelectuales de prestigio y de especialistas en las distintas materias que conformasen un equipo multidisciplinar que asesorase al Frente Cívico para que las propuestas fueran técnicamente rigurosas, jurídicamente irrebatibles y económicamente viables.

Por último, debe procurarse que las acciones que se lleven a cabo vengan precedidas de un estudio previo intenso y acompañadas de una gran campaña mediática. Dichas acciones deben tener objetivos muy claros y con tiempos de actuación muy determinados y en la medida de lo posible espaciados para evitar su saturación. Toda acción debe ir precedida de una propuesta y esta a su vez de un desarrollo teórico.

 

Un ejemplo de líneas propuestas a nivel estatal

Para finalizar esta exposición, se reproducen -nuevamente a modo de mero ejemplo- una serie de líneas de propuestas de reforma de alcance estatal, las cuales requerirían de la concreción y estudio indicados:

I.- Reforma política:

–          Implementación de un sistema proporcional puro, reforma del Senado a fin de que funcione como una auténtica cámara de representación territorial e introducción de las listas abiertas para las elecciones al Congreso de los Diputados.

–          Potenciación del referéndum y de las consultas vinculantes a la ciudadanía mediante la potenciación de las TIC en el ámbito de las Administraciones Públicas.

–          Eliminación de la llamada pensión parlamentaria que abona la diferencia entre el límite de pensión máxima y la pensión percibida por el parlamentario cuando éste permanece en el cargo 7 años y de la indemnización por cesantía en su ejercicio.

II.- Reforma económica y financiera:

–          Intervención pública para garantizar el acceso al crédito mediante la creación de una banca pública.

–          Derogación de la Disposición final tercera del Reglamento sobre la Ley de Prevención del Fraude Fiscal que permite que los altos cargos de las entidades financieras puedan tributar al tipo reducido del 18% en el IRPF por los rendimientos de sus rentas mobiliarias, así como por las compras de bonos, células, obligaciones e incluso por los préstamos que consigan de la entidad o que realicen a ésta o a sus participadas.

–          Aprobación de un Estatuto sobre responsabilidades bancarias

III.- Reforma fiscal:

–          Tributación de las SICAV al tipo ordinario del 18%, restablecimiento del Impuesto de Patrimonio y eliminación de desgravaciones por la concertación de planes de pensiones privados.

–          Reducción de los tipos impositivos para trabajadores con rentas bajas, autónomos y pequeños empresarios y elevación para grandes empresas y multinacionales.

–          Persecución del fraude fiscal y de la economía sumergida.

 

A modo de colorario

Siempre he sido un gran admirador de la figura de Julio Anguita. Por la coherencia en sus planteamientos, por la honestidad en su acción política y por su constante rebeldía frente a la injusticia.

Cuando hace tres semanas se ofreció para ser el referente del Frente Cívico que presentó días después, la idea me subyugó en gran parte por la persona que lo proponía, aunque evité realizar juicios de valor hasta no conocer su propuesta concreta. He de reconocer que la misma no me ha defraudado y con esta pequeña reflexión procuro contribuir, en la medida de mis modestas posibilidades, a dar un pequeño empujón a la idea planteada por él.

Solo espero que por una vez no seamos tan cainitas como siempre y que ese Frente Cívico que estos días germina tenga el necesario carácter inclusivo que permita que esa mayoría silenciosa consiga inclinar la balanza del poder hacia quien realmente lo ha de detentar, el pueblo soberano.

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