El verdadero problema del caso Bárcenas no son los sobres

Falso o verdadero, en negro, en blanco o en gris mediopensionista, con la mano por delante o los pies por detrás, como gasto de representación o sin reflejo en la contabilidad oficial…. lo importante del asunto Bárcenas no es si los miembros de la cúpula del PP se embolsaron esas cantidades: eso es algo que compete a los militantes y simpatizantes del partido y en su caso a la Justicia que tendrá que determinar las responsabilidades penales individuales que en su caso haya lugar (y que son por cierto nulas pues todo está prescrito y bien prescrito).

Lo trascendente, lo verdaderamente trascendente, es aclarar que empresas «donaron» esas millonarias cantidades y sobretodo a cambio de que. Esa es la gran corrupción que debe preocuparnos y ocuparnos a todos: cuantos contratos se han adjudicado o modificado o cuantas reformas legislativas se han implementado impulsadas graciosamente por esas «donaciones».

Porque el día que reflexionemos sinceramente sobre ello y añadamos a ese zumo las gotas de limón avinagrado que suponen las jubilaciones de presidentes y ministros en los consejos de administración de aquellas grandes empresas que hace años se privatizaron, entonces, digo, comprenderemos que el gran problema de nuestra democracia son los vasos comunicantes que existen entre el poder político y la oligarquía financiera, que condicionan la acción de la Justicia y del Parlamento.